viernes, 28 de agosto de 2009

Cómo seducir a una mujer y fracasar en el intento

Hoy te explicaré las formas clásicas de seducir a una mujer para que puedas fallar en el intento. Si no fallan, es porque la mujer en cuestión está más pendiente del chico y obvia todo lo que ha dicho.

La forma de acercarse a esa persona, y lo que dice en primer lugar, no lo explicaré, porque podría ser diferente en cada caso. Pongamos un sencillo "Hola, ¿qué tal?". Y voy al tema, que es lo que nos interesa hoy.

A una persona que acabas de conocer, no es necesario hacerle una ficha, que esta persona no te está mandando un curriculum vitae.

¿Estudias o trabajas?

Este tema es muy espinoso. Explicaré varias situaciones.

1. Chica muy joven, como entre 18-25 años.

Si la chica estudia, en teoría no trabaja, y no tiene recursos económicos. Con esta pregunta se puede frustrar a la chica, debido a que sus salidas están limitadas a lo que le den, en teoría, sus padres. Vivirá con sus padres y depende económicamente de ellos. Con lo cual, has hecho méritos para fracasar.

Si la chica trabaja, ¿cómo, no tienes una carrera universitaria? Aunque con dinero, la chica es tonta.

Si no hace nada... ¿será un estorbo para la sociedad? (¿Lo compensan sus tetas?)

2. Chica de más de 25 años.

Si la chica estudia... ¿a tu edad todavía no trabajas?

Si la chica trabaja... bueno, esto es obvio, que trabaje. Pero ¿es necesario saber de qué si la acabas de conocer? Al igual no la ves más en tu vida. Así que si quieres que tu ligue sea un simple sueño, sigue haciéndole preguntas, por si no la has echado todavía.

¿Vienes mucho por aquí?

1. Tú si que vienes mucho por aquí.

Si ella no va mucho por allí, pues igual te dice que no, que igual no viene. Pero si ella va mucho por esa zona, si ella se ha fijado en ti, si tú no te has fijado en ella... Pues sí que vas mal, que no te has fijado en ella. ¡Felicidades, acabas de ganar un punto para fracasar!

2. Tú no vas mucho por allí.

Si ella va mucho por allí, seguro que si vas, algún día coincidís, aunque no os volváis a hablar en la vida (igual ya la has cagado con la primera pregunta). Si ella tampoco va mucho... pues como que no os vais a encontrar más.
 

EXPRESIONES QUE TE AYUDARÁN A FRACASAR

Tengo coche. Muchos decían que tenían coche como un símbolo de poder. Igual como para decir: te puedo llevar donde quieras, incluso al asiento de atrás...

Soy el heredero. ¿Quieres un rollete o un matrimonio de conveniencia?

Me recuerdas a mi madre. ¿Quieres compararme a tu madre? ¿Quieres que te haga lo que te hace ella? Bueno, eso está bien si lo que quieres es un trato maternal. Olvídate entonces del sexo.

Compararla siempre con tu ex. Si comparas a tu nuevo ligue con tu ex, te cogerá manía, y mucho más a tu ex. Que sabes que cada persona es única y especial. Que es normal que la nombres algún día, porque has vivido muchas cosas con ella. Pero no lo hagas siempre.

Criticar a tu ex. Cuando criticas a tu ex delante de la persona que quieres conquistar, ésta pensará que cuando ella sea tu ex, tú también la criticarás. Otro punto más acumulado para que tu velada sea un día más una lucha en solitario.

ACTUACIONES QUE TE AYUDARÁN A NO LIGAR

1. Miente todo lo que puedas, que para ligar está el decir la verdad.

2. Sé todo lo negativo que puedas, cuéntale tus problemas. Tu mala vida. Tu mala reputación.

3. Se un animal, un bestia. Incluso descuida ligeramente tu higiene corporal.

4. Explícale tus malas experiencias con chicas. Así le pones en sobreaviso, se irá sola.

5. Dile que con más de 25 años sigues siendo virgen.

6. Presume de tus conquistas, seguro que ella no querrá ser una más.

7. Dale un tiempo. Le dices que si en un minuto no te besa, la habrás perdido para siempre. A ella le habrán sobrado 59 segundos para perderte para siempre.

8. Si por lo que sea, ella logra darte un beso, tú correspóndela besando mal. O sepárate de ella, sueltas un "puaj, qué asco" y te limpias la boca. No falla.

9. En cuanto veas que la cosa se pone fea, tírate un pedo delante de ella.

10. Gorrea todo lo que puedas. Así, entre otras cosas, además de echarla, te habrás ahorrado unas pelas.


Si haciendo todo esto has ligado... Lo siento, es que estás demasiado bueno (en este caso llámame ;-)).


PD. Creo que con este post he acabado desvariando un poco. Espero no volver a repetir este error. 

sábado, 22 de agosto de 2009

Hipótesis del segundo hijo: la torpeza (I)

Esta semana he estado trabajando en una de mis leyes: la de la torpeza de la segunda combinación genética de nuestros padres, es decir, la del segundo hijo. Es la que se manifiesta con más intensidad. Escribiré más entradas según vaya encontrando o recordando más pruebas de mi teoría. En principio había pensado agregarlas en esta entrada inicial, pero estoy notando que puede dar lugar a un tema más extenso, y quizás mejor será poner las entradas según me acuerde de las anécdotas.

Primera prueba: yo. En mi caso, soy la segunda hija de mis padres. Siempre he sido muy torpe. Hubo un momento que lo relacioné con mi falta de visión estereoscópica (en tres dimensiones), pero a todo uno se acostumbra. No me puedo quejar de algo que no he tenido nunca.

De pequeña, siempre tiraba el vaso de leche del desayuno. No recuerdo si después de tirarlo mi madre me preparaba otro o no, aunque supongo que sí. Había tirado tantas veces el vaso de leche, que ya temía que me regañaran. Por tanto, empecé a disimular y a esconder el fruto de mis trastadas, bueno, no eran trastadas, sino más bien torpeza. Para esconder la leche, ponía los brazos cruzados encima de toda la leche derramada, con lo cual la regañina sería peor después, ya que además de tirar la leche, me manchaba la ropa que llevaba puesta en ese momento.

Hoy todavía tiro de vez en cuando un vaso de agua, o un vaso de leche. No importa el cuidado que tenga, algo suele volcarse: un vaso, una copa, lo que sea. No siempre están llenos, pero el hecho es que siempre vuelco uno.

Segunda prueba: mi sobrino pequeño. Mi sobrino pequeño es el segundo hijo de mi hermano. Es un niño muy alegre, muy movido, muy atrevido y, por supuesto, muy torpe. Él, al igual que yo, tira también el vaso de la leche, ahora que le han quitado el biberón. Todos dicen, en esto ha salido a la tita, refiriéndose a mi. Supongo que estamos a tiempo de solucionar lo de él. Ya veremos cómo será cuando sea mayor. No creo que tenga problemas de visión.

Supongo que todos tenemos el gen de la torpeza instalado en nuestro ADN, pero que si existe una doble combinación dentro de la misma pareja, es decir, el segundo hijo, pues éste manifestará de forma más acusada el gen de la torpeza. Seguro que es un gen recesivo, que sólo se manifiesta si los dos padres lo tienen. Y que la posibilidad de que salga a flote es de un 25%. Si hay 4 hermanos, uno de ellos será muy torpe, y la posibilidad de que sea el segundo mayor es muy alta.

¿Cómo hacer un estudio de esto? Es un poco difícil, porque un patoso no demuestra serlo el 100% de su tiempo. Porque si dices que estás haciendo un estudio para demostrar la torpeza, seguramente estas personas irán con más cuidado de lo normal, para evitar ser torpes. Pero si cada uno de nosotros estudiamos lo que tenemos alrededor, nos daremos cuenta de hasta qué punto se cumple.

Podría ser que los patosos tengamos la mente tan ocupada en otros menesteres que dejamos de lado el mundo exterior para centrarnos en nuestro mundo interno. Y estamos tan ocupados pensando, que no nos damos cuenta de lo que hacemos ni de lo que nos rodea.

Seguramente, las personas con poca destreza, somos los que no reprensentan en teoría ningún problema para el resto de la sociedad, porque piensen que al ser torpe, no conlleva ningú peligro real. Pues a lo mejor la torpeza podría ser una estrategia para pasar desapercibido (aunque inicialmente llamemos la atención), y así podríamos atacar cualquier bando desde dentro. Habría que ver si los dictadores de nuestra historia fueron segundos hijos, y si fueron torpes. Pero esto supongo que será una historia para más adelante. Investigaremos.


domingo, 16 de agosto de 2009

Una página de mi diario personal

Hace tiempo, cuando todavía no existía internet para el gran público (aunque fui una de las primeras personas en tenerlo en casa), me carteaba con una chica que vivía en las Antillas francesas. Durante el tiempo que me estuvimos intercambiando cartas, dejé abandonado mi diario (que poco a poco acabé de abandonarlo del todo) y le contaba mis penas y mis alegrías, las historias que tenía yo con los chicos que me gustaban, etc. La correspondencia era en francés. Todavía guardo esas cartas.

Un día, me dijo que una amiga suya, con la que también se carteaba, quería escribir una canción, que si le podía escribir una poesía, que le gustaba cómo escribía yo, y como se me daba muy bien el francés no tendría problemas. Yo pensaba que sería muy difícil escribir un poema en francés, y lo dejé por imposible. Pero cogí bolígrafo y papel y empecé a escribir sin pensar, sin pararme a leer lo que estaba poniendo. Casi como si fuera una escritura automática empezaron a salir las palabras, que iban componiendo frases y todas juntas iban teniendo un sentido muy especial. Una vez escrita, la traduje al francés y se la envié. Y la transcribí a mi diario personal, para que no se perdiera. Para que la pudiera leer cuando quisiera. Hacía años que no leía mi diario. Pero sabía que existía esa página, como también existen poesías e historietas de adolescente que algún día publicaré.

Hoy me gustaría compartir esta página contigo. Me gustaría liberarla y sacarla de su encierro, para que se meta en tu corazoncito como aquél día se metió en el mío. Como después se metió en el de mi amiga. Como después invadió el corazoncito de la tercera persona que lo leyó y quién sabe si se ha compuesto una canción basada en mi carta. Te la muestro para que entre en ti, de unas cuantas vueltas dentro de ti, te deje una agradable sensación y se vaya tal como ha venido. Sin producirte ningún daño, ningún perjuicio, pero espero que sea buena la sensación que deje en ti, al igual que la dejó en mi en su día.

Desde mi madurez, ya no me conmueve tanto el texto. Pero quién sabe si a ti si...

La carta contenía el siguiente texto:

PENSAMIENTO

¿Cómo se puede olvidar a la persona que has amado tanto tiempo? No hay respuesta. Es imposible olvidarse de alguien así, tan amado por ti, tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo. Y la vida continúa, pero esta persona aparece y desaparece inconscientemente, sin querer. Pero tú no estás aquí. Hace mucho tiempo que no te veo, que no oigo tu voz, que no huelo tu aliento. No obstante, todavía recuerto tus gestos, tu sonrisa y, especialmente, tus ojos. ¿Qué fue de aquellos momentos en que estábamos juntos, hablando, riendo, soñando? Se quedó quieto mientras la vida avanzaba para nosotros en direcciones diferentes.

Yo sigo en las nubes, esperando aquel príncipe azul que nunca llegará. Intento enamorarme de alguien, y lo consigo, pero me despierto enseguida, pues en algún lugar de mi corazón estás tú. ¿Por qué no quieres irte? Cuando piensas que has olvidado a una persona, escuchas una canción y de repente estás sumergida en los recuerdos tan bonitos... Es imposible detener aquella lágrima. Déjala caer. Quizás sea la forma más fácil de borrar ese recuerdo. Pero sabes que no será así. Hace tiempo que no pensaba en ti. Hoy te echo de menos. Te quiero. Nunca te olvidaré. Nunca te tuve. Sería mejor así. Te quiero, amor.




viernes, 14 de agosto de 2009

El amuleto de la suerte.

Muchos de vosotros seguro que estaréis pensando en que un amuleto de la suerte es un objeto inanimado, que seguramente podréis llevar con vosotros mismos, y al que le atribuís poderes mágicos. Los ejemplos más típicos, seguramente serían un trébol de 4 hojas, una herradura, etc.

Hoy os voy a hablar de mis amuletos de la suerte. Para mi, mis mejores amuletos son personas que existen de verdad. Aquellas que ves de vez en cuando, y en ese momento te llenan de energía positiva. La mayoría son amigos tuyos. Pero muchas veces no lo son. Simplemente son conocidos que aparecen circunstancialmente en tu vida.

De uno de estos casos os voy a hablar hoy. Se trata de María, una anciana que me hacía sentir muy bien cada vez que me venía a visitar a mi establecimiento cada mes, para que yo la ayudara a aliviar las molestias que tenía en sus ojos. El problema que tenía ella, era que le salían pestañas que crecían hacia la córnea, y le molestaba mucho. Y yo se las arrancaba con una pinza. Esto hacía que se sintiera bien. Depués, y gracias a la confianza que tenía conmigo, se dejó poner una lente de contacto que le cambiaba cada mes, para evitar el roce. Esto le alivió muchísimo para el resto de su vida, me decía que yo era "su ángel".

Pero todavía no he explicado por qué era mi amuleto. El día que peor estaba yo, venía ella con su aire de simpatía y sabiduría. Su presencia me animaba mucho, y a la vez me tranquilizaba. Me alegraba lo que quedaba del día, y el efecto de ese halo que dejaba, lo embriagaba todo y duraba varios días. Días en los que las cosas me iban muy bien. De vez en cuando, y en agradecimiento hacia el trato que yo le daba, me obsequiaba con algún detalle: bombones, colonias, plantas.

La primera planta me la regaló hace 4 años y la dejé en casa de mis padres, donde vivía entonces. Cada día, le decía algo a la planta como si fuera ella: "María, qué guapa que estás hoy", o simplemente "¡Guapa!". Se quedó en casa de mis padres, a la espera de traérmela cuando acabara de traerme todas las cosas. Aunque no dormía con mis padres, iba a comer todos los días con ellos, y siempre veía la planta y la piropeaba, y lo hacía pensando en María.

El año pasado, en Noviembre o así, le expliqué a ella lo de esta planta, que la veía, y que me acordaba mucho de ella, que la piropeaba. Pero que todavía la tenía en casa de mis padres. Entonces, al día siguiente, me regaló una preciosa Alocasia, que por supuesto, llevé a mi casa. Cada mañana, cuando me levantaba, la saludaba, la piropeaba, y le decía que pasara un buen día.

Empezó el nuevo año, y la mujer, que vivía en su propia casa y cuidaba de sus cosas, tanto como de sí misma se empezó a encontrar mal. La salud de la anciana, que ya tenía los 90 años cumplidos, empezó a decaer. Su hijo la sacó de su casa y la llevó a una residencia hospitalaria, donde la cuidarían noche y día. Y entonces, alguna vez iba yo a verla. Me acariciaba las mejillas y decía "mi ángel", mientras yo recordaba el cambio que había dado su salud en el último año.

Con ella, también empezaron a marchitarse mis dos plantas, la que cuidaba yo y la que estaba con mis padres. Mi madre me decía que no sabía qué le pasaba a esta planta., si la había tratado como siempre. No le comenté nada, pero ya lo sabía yo. María se estaba muriendo. Por mucho cuidado que tuviera con las plantas, sabía cuál sería el inevitable final.

Finalmente, mis dos plantas se murieron. Un día su hijo vino a verme, y me dijo que su madre se había muerto. Que no sufrió, al igual que no sufrieron mis plantas. Me quedé sin aliento, además de sin amuleto.

Pero cada vez que desaparece un amuleto, encuentras otro que te ayuda, que te anima. Que te empuja a seguir adelante. Ese amuleto que cuidas, hasta que alguna vez desaparezca. Porque el ciclo debe continuar. De igual manera que muchas personas son tu amuleto, porque nada más que aparecen llenan de alegrías ese hueco vacío en tu vida; de la misma manera, quién sabe quién te considerará su amuleto.


miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi primer blog

Hola,

Este es mi primer blog, y por consiguente, mi primer mensaje en el blog. Espero que no sea el último. De momento estoy haciendo pruebas a ver qué puedo sacar de provecho. Me llamo Nuria. Tengo 35 años, y un mundo interior muy intenso, encerrado dentro de mi cuerpo.

Mi intención, en el momento de crear el blog es expresar mi manera de ser. Sacar la timidez que me impide hablar, pero no me impide escribir acerca de mis emociones, de mis sentimientos, de mis pensamientos. Porque las palabras, son mis pensamientos. Pienso en palabras. Quizás por eso me sea más fácil expersarme con escritos que mediante el lenguaje oral. Espero que me entiendas, y que no te ofendas si algún comentario de los que leas te pueda molestar.

Muchas gracias por tu atención.