martes, 29 de diciembre de 2009

Suave

Suaves son esos labios tuyos que me rozan cuando me besan. Suave es tu lengua cuando busca la mía. Suave es tu voz, cuando me susurras. Tus manos son suaves cuando me acarician. Hoy sólo quiero dulzura de ti. Mejor dicho, sólo quiero suavidad. ¿La conseguiré?

lunes, 28 de diciembre de 2009

Momentos felices


Normalmente suele haber dos opciones para tomarse estas fiestas navideñas. Una que está ahogada por ese espíritu de paz y amor, en el que todos somos amigos, todos nos queremos y nos apetece sonreír a todas horas. Y otra totalmente diferente en la que se odia esta actitud puesto que tras ella hay mucha hipocresía, además de la obligación de comprar regalos que más o menos satisfagan la necesidad del que lo reciba.

Mi caso se podría decir que es una mezcla de las dos opciones. Me gusta mucho encontrarme con los amigos, con esos de verdad. Me encanta que sean felices, puesto que esto me hace todavía mucho más feliz. Hace que esté más contenta, que tenga más ganas de disfrutar el día. Por eso me gustan estas fiestas, porque las personas suelen ser más felices.

Espero que no se me estropeen lo que me queda de días festivos, porque ya he tenido algún episodio negativo que no me gustaría repetir.

Un saludo a todos y que os vaya muy bien. No os diré las frases típicas de "Feliz Navidad y próspero año nuevo", sino que a los que os considero amigos, ya sabeis que os deseo lo mejor del mundo, pero no os mando un deseo para un año, sino para toda la vida. Los pocos que me conocéis bien, sabeis que no seré falsa con los que no me caen bien. No les desearé ningún mal, pero mejor que no me vengan a ver. Así evitaré hipocresías y falsedades que no quiero mostrar. No soy buena actriz.


Para acabar, quiero brindar con todos mis amigos, especialmente con todos estos que he conocido este año: esos que parecen virtuales pero son tan reales como la vida misma. ¡Salud!

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Querida depresión



Querida depresión:

Estas letras son las últimas que voy a dedicarte. Llevas mucho tiempo, demasiado, ocupando mi tiempo y mi mente. En el futuro, no quiero verte más. Corto contigo la relación de amor-odio que teníamos hasta ahora.

A partir de ahora, voy a seguir siendo libre. Mis problemas, van a ser sólo eso: mis problemas. Algo que resolver por mí misma o con ayuda de los demás. Pero no me van a ocupar más tiempo de lo necesario, porque esto implicaría que tú aparecerías en algún momento u otro. Y no quiero que vengas. No quiero invitarte a más cenas, ni a pasar más fines de semana conmigo. Ni a hablar conmigo en esas horas muertas que suelo tener. Desde ahora, sólo seré yo. Te dejaré fuera de todos los sitios, haga frío o calor, nieve o llueva. Quizás haga algo más drástico para no volverte a ver. Te encerraré en una caja, bajo cerrojo. Y tiraré la llave. Me desprenderé de esta caja para que nunca tenga ganas de buscarla y de abrirla. Porque he decidido que nunca más estarás cerca de mí.

El tiempo que pasamos juntos, podría decirte que ha sido encantador y perfecto. Pero no ha sido así, sino que ha estado lleno de agonías, angustias e incluso aislamiento. Por eso no quiero verte más. Te pido que me hagas un favor: olvídate de mi. No vuelvas más. No me llames. Rompe las fotos que tengas de mi alma (o cualquier manera que tengas de archivar las personas que atrapas en tus redes). O ya puestos, ¿por qué no te decides viajar y dejar atrás todas estas almas angustiadas? Sería una buena idea, y, aunque no te lo manifiesten, seguro que estas personas te estarán muy agradecidas.

Ahora tengo una duda. ¿Esto que te pido te sumirá en una depresión? Es simple curiosidad. En ese caso, supongo que tendrás los medios de evitarlo. Espero que no sea así (ya ves que no te deseo ningún mal).

Con esto me despido, tu temporalmente tuya...

Nuria.

PD. No me olvidaré de ti para recordar cómo eres y así no dejarte volver.

PD2: Dedicado a todas las almas en pena, especialmente a una muy especial .


sábado, 12 de diciembre de 2009

Mi historia macabra

Ayer tuve una sensación muy rara. Me sorprendí a mi misma pensando en una escena muy macabra. Un pensamiento que me ha dado mucho miedo tener. ¿Cómo puedo ser tan macabra?

El pensamiento fue... llevo un mes conviviendo con un cadáver, el cadaver de mi propio hijo dentro de mi.


martes, 8 de diciembre de 2009

Miedo

Tengo miedo, mucho miedo. Lo escondo a los ojos de los demás, que podrían ser perfectamente víctimas o atacantes de ese miedo. Porque lo que temo, para ambos será el punto débil. Ese punto débil al que atacar o del que huír. Porque el mundo sobrevive gracias a eso. Gracias a los miedos generados y gracias a los miedos de los que huír.

En mi caso es una debilidad de la que me gustaría escapar, correr y dejarla atrás hasta verla desaparecer. Pero sé que volverá a mi para vengarse, y será todavía más fuerte. Y yo seré más endeble y sé que entonces perderé la batalla. Pero tarde o temprano me tengo que enfrentar a ella. Tengo que pelear con todas mis fuerzas para que nunca más me afecte. Para que no me empequeñezca más. Para que yo no me esconda y desaparezca agazapada en algún rincón.

Algún día encontraré el valor. Lucharé. No sé si ganaré. Pero aunque pierda, si he peleado, seré más fuerte que inicialmente. De momento creo que me voy a esconder un tiempo, mientras pienso en la estrategia que me hará vencer. Guardame el secreto. No conviene que se sepa dónde estoy.

Todavía no estoy preparada para salir. Sigo teniendo miedo.