miércoles, 8 de diciembre de 2010

Una lágrima

De todas mis posesiones, hay una que mimo, cuido y protejo. Es algo inmaterial, pero imprescindible en la vida de cualquiera. Es mi libertad, la capacidad tomar cualquier decisión Cuando un muro bloqueó mi libertad, busqué otro sitio por donde continuar. Recorrí un par de pasos y me encontré otro muro, quizás más alto que el primero. Entonces sólo me quedaba un camino por el que escapar. Corrí hacia él con la esperanza de encontrar la libertad. Pero otro muro más alto que el anterior lo impidió.

Una lágrima. Una lágrima salió de uno de mis ojos. Se deslizó por mi cara y se introdujo por los poros del muro, atravesándolo. Al librarse de las ataduras, gritó a sus congéneres, de tal manera, que una lágrima tras otra empezaron a brotar de mis ojos, para ir en busca de esa libertad tan ansiada... Lágrimas a borbotones, para facilitar el drenaje hacia la libertad...

Una cicatriz... pero eso ya es otra historia.