viernes, 24 de octubre de 2014

Te devuelvo tu corazón



Te di mi corazón limpio y puro para que me lo cuidaras, me lo mimaras, lo mecieras por la noche y lo abrazaras cuando lo necesitaras. 

Tú me dejaste el tuyo. Lo cuidé, lo mimé, lo mecí por las noches. Le canté nanas para que durmieras bien. Lo besaba todo el día, toda la noche. Cuando se sentía herido le curaba las heridas para que cicatrizara adecuadamente. Y creo que lo hice bien, porque te sentiste libre, amado y querido por todos. Y te quise mucho, cielo. Y te quiero. No lo olvides. 

Pero mi corazón está herido. Me duele. Me dueles. Porque cuando me hablas me vuelvo pletórica, me animas, me dan ganas de pelear por ti. Pero muchas veces me haces sufrir. No me tratas bien, me dices que me aleje, que no te hable, que desaparezca. Y eso consigue que note como en la lejanía me estás rompiendo el corazón. Se llena de heridas que no cicatrizan bien. E intento alejarme, pero no puedo. No puedo porque sé que te hieren, y tengo la imperiosa necesidad de cuidarte, curarte, quizás protegerte del mal que te acecha. 

Te devuelvo tu corazón. Como podrás observar ha crecido, ha sanado. Te hace libre. Lo he cuidado mejor que a nadie de mi entorno. Sabes que siempre he estado, quizá por eso de vez en cuando me tratas mal. Porque sabes que no me alejaré. ¿Es acaso una prueba?

Pero me sigues doliendo. Ofreces tu corazón a cuantas mujeres te lo piden. Eres así. Es un juego. Pero ya no quieres jugar conmigo. Y tengo que cuidártelo para limpiar las heridas de guerra. 

Pero ya no me mimas. Me destrozas, y con ello, destrozas mi vida, mis ilusiones futuras, mis sueños por vivir. Sé que me quieres porque me lo has dicho. ¿Pero me amas? ¿Te puedes imaginar una vida sin mí? Seguro que sí. Eres un luchador solitario. No como yo, que necesito un apoyo para segur adelante. 

He llorado mucho por ti, por mi, por los dos. No puedo imaginarme una vida sin ti, pero no puedo continuar llorando. Esta incertidumbre que tengo de tus sentimientos hacia mi me hiere. ¿Recuerdas que tienes tú mi corazón? ¿Te darás cuenta de mi dolor tú, que tienes mi corazón? ¿Harás algo para curarlo? Mi respuesta tiende cada vez más al no, a que no harás nada. Una vez libre ya no me necesitas. ¿Qué habrás hecho con él?

Te devuelvo tu corazón, vida mía. Pero no me devuelvas el mío. Sé que está destrozado y por mucho que haga no podré hacer nada para repararlo. Tíralo por ahí. Seré fría. Seré distante. Seré menos yo. Así hasta desaparecer para siempre. 

Tu corazón es tuyo. Mi corazón también. Porque te quiero. Porque te ahelo. Porque te pierdo. 

Una lágrima más.