martes, 16 de junio de 2015

Insignificante

Lo llaman la era de la comunicación. Para la personas tímidas como yo es muy fácil relacionarse con los demás gracias a las redes sociales. Me relaciono más que nunca, pero me siento muy sola. Insignificante.

Muchos son los que me quieren, los que se preocupan de mi, los que de vez en cuando me mandan un mensaje para preguntar cómo estoy. Y casi nadie me llama. O nadie. 

Me pregunto cómo sonarán las voces de la gente que no conozco y me escribe algún mensaje. Su tono de voz, su timbre, su posible tartamudez, su risa, su simpatía... Es más bien curiosidad, aunque en realidad esto no me preocupa. 

Hace mucho tiempo que las voces que me solían envolver ya no lo hacen. Estaba tan acostumbradas a ellas. Y siento que las he olvidado. No sé si las reconocería si las volviera a escuchar. Y me duele, porque significan mucho para mi. El hecho de que ya no estén me hace sentir insignificante.

También me pregunto por qué no llamo yo. Y mis respuestas son siempre las mismas: "Están ocupados", "No les apetece hablar conmigo ",  " Tienen cosas mejores que hacer que hablar conmigo ". 

Y así la bola se va haciendo más grande. Sin contacto, cada vez la distancia es mayor. Noto que voy perdiendo amistades, complicidades, emociones...

Bueno, las emociones no desaparecen porque si alguien me importa me afecta que desaparezca de mi vida. A veces se añade el hecho de que me hace sentir un estorbo, una espina que molesta y hay que arrancar y desechar.  Que la persona que más quieres en este mundo te haga sentir insignificante. Eso duele.

Antes era todo y ahora no soy nada. Y lo es todo y no sé cómo convertirlo en nada. En realidad no quiero borrarlo, quiero que no me afecte. Quiero que para mí sea... insignificante.