martes, 4 de marzo de 2014

La telaraña




Caminábamos al azar, por lugares diferentes. Lejos el uno del otro. O estábamos cerca, pero sin mirarnos, sin hablarnos. Sabiéndonos sólo conocedores de las historias de nuestro entorno. Tus historias me venían de tan de lejos que ni siquiera las escuchaba. Sin ti no hay pasado, ni presente ni futuro. 


Aquella telaraña en la que quedamos atrapados fue la que hizo que nos conociéramos, cuando en otras circunstancias habría sido imposible, ya sea por timidez mía (en caso de que nos hayamos cruzado alguna vez) o por lejanía. Supe que eras un persona interesante, inteligente, cabal. Sí, esa persona eres tú. Y quizás te conté mis cosas y tú las tuyas. O puede que no. 

Tantos hilos se cruzaron que los usábamos para llegar el uno al otro. Nos ayudábamos para que no nos devorara la araña. Luchamos para seguir adelante y vencer los obstáculos. Y lo hicimos en algunos casos. Otros están pendientes. 


En ocasiones corríamos en círculos en direcciones opuestas dentro de la misma red, la recorrimos entera y por momentos nos reencontramos. Nos saludábamos y seguíamos corriendo. Pero cada vez nos enredábamos más y nos costaba movernos dentro, hasta el punto de detenernos y dejar de pelear. Momento que podría aprovechar la araña para atacar y devorarnos. 


Sin saber muy bien cómo, rompimos nuestra prisión y caímos libres al suelo. Corrimos despavoridos. No vi dónde fuiste. Ni tú hacia dónde corrí yo. Nos perdimos. Nos alejamos. Volvimos al punto inicial, donde caminábamos al azar, por lugares diferentes. Lejos el uno del otro.


¿Te acordarás de mi? ¿Te olvidaré? 


Dedicado a todas aquellas personas que en algún momento ha coincidido conmigo en una red social, foro, chat, etc y me ha regalado un pedacito de su vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te apetece comentar algo, adelante. Eres libre.