domingo, 16 de agosto de 2009

Una página de mi diario personal

Hace tiempo, cuando todavía no existía internet para el gran público (aunque fui una de las primeras personas en tenerlo en casa), me carteaba con una chica que vivía en las Antillas francesas. Durante el tiempo que me estuvimos intercambiando cartas, dejé abandonado mi diario (que poco a poco acabé de abandonarlo del todo) y le contaba mis penas y mis alegrías, las historias que tenía yo con los chicos que me gustaban, etc. La correspondencia era en francés. Todavía guardo esas cartas.

Un día, me dijo que una amiga suya, con la que también se carteaba, quería escribir una canción, que si le podía escribir una poesía, que le gustaba cómo escribía yo, y como se me daba muy bien el francés no tendría problemas. Yo pensaba que sería muy difícil escribir un poema en francés, y lo dejé por imposible. Pero cogí bolígrafo y papel y empecé a escribir sin pensar, sin pararme a leer lo que estaba poniendo. Casi como si fuera una escritura automática empezaron a salir las palabras, que iban componiendo frases y todas juntas iban teniendo un sentido muy especial. Una vez escrita, la traduje al francés y se la envié. Y la transcribí a mi diario personal, para que no se perdiera. Para que la pudiera leer cuando quisiera. Hacía años que no leía mi diario. Pero sabía que existía esa página, como también existen poesías e historietas de adolescente que algún día publicaré.

Hoy me gustaría compartir esta página contigo. Me gustaría liberarla y sacarla de su encierro, para que se meta en tu corazoncito como aquél día se metió en el mío. Como después se metió en el de mi amiga. Como después invadió el corazoncito de la tercera persona que lo leyó y quién sabe si se ha compuesto una canción basada en mi carta. Te la muestro para que entre en ti, de unas cuantas vueltas dentro de ti, te deje una agradable sensación y se vaya tal como ha venido. Sin producirte ningún daño, ningún perjuicio, pero espero que sea buena la sensación que deje en ti, al igual que la dejó en mi en su día.

Desde mi madurez, ya no me conmueve tanto el texto. Pero quién sabe si a ti si...

La carta contenía el siguiente texto:

PENSAMIENTO

¿Cómo se puede olvidar a la persona que has amado tanto tiempo? No hay respuesta. Es imposible olvidarse de alguien así, tan amado por ti, tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo. Y la vida continúa, pero esta persona aparece y desaparece inconscientemente, sin querer. Pero tú no estás aquí. Hace mucho tiempo que no te veo, que no oigo tu voz, que no huelo tu aliento. No obstante, todavía recuerto tus gestos, tu sonrisa y, especialmente, tus ojos. ¿Qué fue de aquellos momentos en que estábamos juntos, hablando, riendo, soñando? Se quedó quieto mientras la vida avanzaba para nosotros en direcciones diferentes.

Yo sigo en las nubes, esperando aquel príncipe azul que nunca llegará. Intento enamorarme de alguien, y lo consigo, pero me despierto enseguida, pues en algún lugar de mi corazón estás tú. ¿Por qué no quieres irte? Cuando piensas que has olvidado a una persona, escuchas una canción y de repente estás sumergida en los recuerdos tan bonitos... Es imposible detener aquella lágrima. Déjala caer. Quizás sea la forma más fácil de borrar ese recuerdo. Pero sabes que no será así. Hace tiempo que no pensaba en ti. Hoy te echo de menos. Te quiero. Nunca te olvidaré. Nunca te tuve. Sería mejor así. Te quiero, amor.




2 comentarios:

  1. Que bonito retroceder en el tiempo y encontrarse sentimientos que un día plasmaste en un papel.. Hay personas que se sientan en un banco, dentro de tu corazón, esperando que pase un tren para irse, pero no quieren hacerlo... Se pasean por tu recuerdo, te hacen estremecer al recordar un sonido, una canción, un aroma... Son como ecos de un amor que nunca se consumó y corazones que aun lloran por la oportunidad perdida...

    Los principes azules no existen, pero sí que existen los cuentos de hadas y los finales felices. Están ahí, dispuestos a mostrarse a los corazones valientes. Sólo que la película de tu vida nunca sabes por qué parte va...

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  2. Una de mis máximas es la siguiente: cada vez que conoces a alguien te cambia la vida para siempre. Y siempre se cumple. Es perfecto cuando te la llenan para bien, con buenos recuerdos, y mucho mejor si a estos buenos recuerdos les acompaña el amor...

    Es cierto que la película de nuestras vidas tiene un final incierto. A veces nos gusta, otras no. Pero siempre nos quedarán las sensaciones que ha habido durante ella, las risas y las lágrimas, los giros inesperados durante la misma. Siempre podemos intentar cambiar el final, aunque no siempre lo consigamos.

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